Edmund se encontraba sentado, leyendo el periódico, cuando de un momento a otro, alguien toca la puerta.
Él, se levanto del sofá y dejó el periódico a un lado. Abrió la puerta y se trataba de un tipo vestido de militar con varios sobres en su mano.
-¿Peter y Edmund Pevensie?-pregunto el desconocido.
-Somos mi hermano y yo-respondio Ed.
-Les ha llegado un importante telegrama, deben leerlo lo antes posible.
El tipo le entrego dos sobres a Edmund, él las recibió con nerviosismo.
-¿De que se trata?
-Al parecer, pronto serán parte del ejercito...
-Vaya... Gracias.
El tipo se despidió, y Edmund llamó a sus hermanos. Cada uno dejó de hacer lo que estaba haciendo y se dirigieron donde Edmund.
-¿Que sucede, Ed?-pregunto Susan-¿Por que tanto alboroto?
-Ha llegado telegrama para Peter y yo, puede ser que nos vayamos a la guerra-dijo Edmund con nerviosismo.
-¡Oh, oh!-balbuceo Peter.
Ambos abrieron sus cartas como si fuera un regalo de navidad y leyeron con rapidez. Ambas cartas decían lo mismo.
-¿Que dice?-preguntaban sus hermanas una y otra vez.
Edmund se quedo sin palabras y fue su hermano el que respondió por ambos:
-Dice que entraremos en menos de tres meses... que debemos tener un poco de paciencia.
-Entonces... estos dos meses los aprovecharemos lo mas que podamos-dijo Lucy con una sonrisa nostálgica.
Peter consiguió un abrazo familiar, y luego dijo:
-No tienen porque temer, ¿Que no se acuerdan que hemos estados en los mas horribles combates y todas esas veces salimos con vida de ahí? ¡Esta estúpida guerra no es nada comparado con aquellos combates!
-Sí, Peter tiene razón- alentó Edmund.
-¡Dejen de hablar barbaridades, por Dios!-exclamó Susan, algo molesta.
-¡No oigan a Susan!-exclamo Lucy-¡Ella ya no cree en Narnia!
-Lucy, solo eran locos juegos que imaginamos cuando éramos mas pequeños-dijo Susan-Es imposible que sigas creyendo en eso.
-No eran unos locos juegos, Susan, todo lo sucedido en Narnia ocurrió de verdad-defendio Peter.
-Digan lo que quieran, yo soy la única cuerda en esta casa-dijo retirandose indignada hasta su habitación.
-
"¡Fue una hermosa presentación en Bristol! ¡Fuimos bien recibidos junto a Tom, y también aplaudidos! Ahora volvemos a la realidad de Londres, a enfrentar todos mis problemas que deje pendientes".
Kelly escribía en su bloc de notas mientras su compañero de asiento dormía.
"El profesor Pevensie, me dio muchos consejos y técnicas de como tocar bien el piano, después de todo, él es un maestro de la música. Y también hice amistades con estudiantes de música del conservatorio en Bristol ¡Todos fueron muy amables conmigo! Prometieron que pronto visitarían Londres y podrían tocar algunas piezas para los estudiantes del conservatorio en el que estoy."
-
Edmund tenía un pequeño entrenamiento con su equipo de rugby, pronto tendrían un partido contra unos chicos conocidos del entrenador. Ahora solo esperaba que el dichoso partido fuera antes de dos meses.
Cuando se acerco a una esquina del lugar, para tomar un refrescarse con agua, vio que Adela estaba sentada en un banquillo, sin compañía de nadie, mirando el entrenamiento.
-Adela...-dijo Edmund mientras caminaba hacia ella.
La chica se voltio a verlo y lo saludo.
-Ryan no vendrá hoy...-se apresuro en decir.
-No vengo por Ryan, vengo por ti-dijo ella.
-¿Por mi?-dijo Edmund sorprendido, sentadose junto a ella.
-¿Quieres saber cuando llega Kelly?
-¿Que?
Adela abrió su bolso y saco un ramillete de flores.
-¿Y eso?
-Para que se lo entregues a Kelly, hace cuenta que tú lo compraste-dijo Adela.
Edmund tomo el ramillete y le pareció muy lindo.
-Kelly llega en cinco o diez minutos mas a su casa-dijo ella.
Edmund se quedo sin que hacer o decir.
-¡Vamos a encontrarla, idiota!-exclamo Adela-¡Apresurate!
Edmund fue corriendo donde su entrenador a avisarle, que por fuerza mayor debía retirarse. Tomó un par de cosas que había llevado y luego monto su bicicleta, Adela se montó en la parte de atrás.
Muy emocionado y sin borrar una tonta sonrisa que traía en la cara, pedaleo lo mas que pudo mientras que Adela le gritaba una y otra vez al oído "¡Acelera!", Edmund solo respondía: "¡Eso es lo que hago!".
Cuando ya se acercaban y estaban a dos casas de llegar donde Kelly, Adela, con algo de desesperación, le dice al oído:
-Detente, detente...
-¿Por qué?
-Solo hazlo.
Edmund obedeció sin entender, ambos se bajaron de la bicicleta y la dejaron a un lado.
Kelly se encontraba conversando con Tom en la entrada de su casa.
Ahora comprendía todo, ambos se escondieron detrás de un árbol y comenzaron a espiar.
-¿Estara bien hacer esto?-pregunto Edmund.
-Ed, también sospecho lo mismo que tú-dijo Adela-Debo serte sincera.
-
-Debo confesarte que, aunque en un principio no quería venir, me la pase muy bien contigo-decia Kelly, con una sonrisa.
-Yo igual la pase muy bien contigo-dijo Tom.
-Bueno... ahora estoy muy cansada con el largo viaje que tuvimos, será mejor que sigamos charlando mañana.
-Si, será mejor, pero...
-¿Pero?
Tom comenzó a mirar para todos los lados, para ver si merodeaba alguien cerca del lugar y luego tomo la mano de Kelly.
-
-¡No escucho nada!-chilló Edmund.
-No grites, te pueden escuchar... ¡Tom acaba de tomar la mano de Kelly!
-¡Qué! Iré a darle su merecido, ¿quien se ha creído?...
Adela no dejó pasar a Edmund y lo tomó de las manos.
-¡Detente! ¡Puedas dejar las cosas peor!
Edmund le hizo caso y continuo mirando con rabia e impotencia, detrás del árbol.
-
-¿Que esta pasando, Tom?-pregunto Kelly bastante nerviosa y confundida.
-Kelly, no se si este es el momento adecuado, pero prefiero hacerlo lo antes posible...
-¿Momento adecuado para que?, Sabes Tom, me estas asustando...
-Kelly, me he enamorado de ti desde el primer momento en que te vi...
La chica sintió que el corazón se le iba a salir por la boca... ¿Que era lo que estaba diciendo su mejor amigo?, ¿que estaba enamorado de ella?. Trato de convencerse que aun estaba durmiendo camino a Londres en los incomodos asientos del tren. Pestañeo una y otra vez, pero no, ella estaba en la total realidad.
-¿Estas bromeando, cierto?-dijo ella, con un sonrisa algo tonta.
-Jamás bromearía con algo así, Kelly.
-Pero es imposible, ¡Tú no puedes estar enamorado de mí!
-¿Por que no?
-Porque... no lo sé... creí que era tu amiga. No, realmente no te creo. Será mejor que hablemos mañana ¿Sí?
Tom no quiso soltar la mano de su amiga, y la jaló hasta tenerla frente a él.
-¿Que ha...
Kelly no había terminado de hablar, cuando el chico se acerca a su boca y le roba un beso. Ella simplemente no supo que hacer, solo se congelo... hasta que, alcanza a ver que Edmund, que tenía un ramillete de rosas, y Adela estaban saliendo detrás de un árbol, con caras de horror y confusión. Kelly, de inmediato quitó al chico de encima, quien de inmediato, pregunto:
-¿Que sucede?
-¡Esto esta mal!-chilló Kelly-¡Esto es un horrible error!
-Pero...
-¡No te atrevas a acercarte a mí otra vez o juro que te estrangularé con mis propias manos!
-Kelly, lo que menos quería hacerte sentir, era enojo, por favor...
-¡Yo no te amo a ti! ¿Acaso no te queda claro?
Al oír lo ultimo, Tom no continuo insistiendo, y se fue a su casa con el rabo entre las piernas.
La chica, apenas se deshizo de su inesperado amado, se digirió donde Edmund y Adela, pero se dio cuenta que ya iban muy lejos huyendo en una bicicleta.
El ramillete de rosas, estaba tirado en medio de la calle, con pétalos rojos esparcidos por todas partes.
Se quedo mirando esa escena, mientras acariciaba su collar.
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