Cap. 4

Kelly llego a su sala de clases, Adela la estaba esperando como siempre en su asiento.

-Hola Kelly, ¿Emocionada por tu cumpleaños? Ya queda cada vez menos...

-Pues, supongo que sí

-No se te nota, ¿Te sucede algo?

-Algo así.

-Confía en mí, te escucho

-Tiene que ver con Ed, ya sabes...

-¿¡Te le declaraste!?

-¡Shhh!

Habían algunas compañeras de clases cerca, algunas tenían mala fama de ser chismosas y Kelly le pidió bajar la voz, por lo mismo.

-Kelly, respondeme-dijo Adela hablando mas bajo-¿Te le declaraste?

-Estábamos en mi casa ayer a solas y traté de hacerlo, pero yo no pude...

-¡Pero esa ocación era una oportunidad única!

-Lo se, Ade... pero es que yo no le gusto.

-¿Como estas tan segura de eso?

-Él me lo hizo entender.

-¿Te lo dijo directamente?

-No, pero me decía que estaríamos juntos por siempre... mientras fuéramos amigos.

-Tranquila, Kel. A Edmund le falta madurar aún, ya sabes, las mujeres maduran antes que los hombres. Solo dale un poco de tiempo.

-Tal vez tengas razón...

-Y si no la tengo ¡Que importa! Ed se lo va a perder. Eres muy linda y guapa, a cualquier chico puedes conquistar y llevarlo al altar en un par de días.


En la tarde.


Kelly fue solitariamente en busca de su vestido perfecto para el día de su cumpleaños. Iba de vitrina en vitrina echando un vistazo a cada uno de los vestidos que se veían. Sentía ganas de llevarse todos los que veía, pero fue uno el que la conquisto realmente. Un vestido rosado con cintas blancas a los bordes.

Se quedo congelada frente al dichoso vestido, mirando cada detalle, imaginando con el vestido en ella puesto y en su cabeza diciendo: "¡Que lindo vestido!".

Entro al local, el cual era el paraíso de los vestidos y se llevo una sorpresa.

-¿Susan?

-Kelly, que sorpresa-dijo Susan, dejando a un costado la revista que leía con sus flojas ganas de atender gente.

-¿Que haces aquí?

-Trabajo.

-Pero ¿No estabas en Estados Unidos?

-Ahora no.

Susan siempre ha sido bastante cortante al hablar con Kelly. Entre las dos nunca ha habido una pelea o discusión, pero Kelly nunca se ha llevado tan bien con ella que como el resto de los Pevensie.

-¿Necesitas un vestido?-pregunto Susan.

-Pues, si...

-Ed me comento acerca de tu fiesta de cumpleaños, ¿Para eso necesitas un vestido?

-Si, efectivamente.

Susan se dirigió donde colgaban todos los vestidos que habían, revisandolos uno por uno y le pregunto:

-¿Cuantos cumples?

-Dieciséis.

-¿Dieciséis? Eres muy joven aun.

-¿Joven para que?

-Mmm, no lo sé. Tal vez para casarte con alguien y cosas de mujeres.

-Me casare a la edad que sea cuando encuentre la persona correcta.

-Y ¿Aun no la encuentras?

-No...

-No te creo. Se que debes tener a alguien en tu mente.

A Kelly se le aceleraron los latidos al oír eso.

-¿Acaso tú tenías alguien en tu mente... cuando tenías mi edad?

-Pues, sí... ¡Pero se fue de la ciudad! Y ahora me encuentro aquí, buscando a alguien.

-Vaya... Entonces ¿Debería estar preocupada o algo así?

-Solo preocupate de que esa persona sea la indicada... y te pueda mantener. Mientras no sea mi hermano, todo estará bien.

-¿Por que no puede ser Ed?-se atrevió a preguntar.

-Porque es de mi propiedad-río Susan-¿Por que preguntas? Suenas como si realmente tuvieras algo con él...

-¡Solo bromeaba!-río Kelly, nerviosamente.

Hubo una pausa.

-Bien, y ¿Que vestido te interesa?-pregunto Susan.

-Aquel rosado con cintas blancas-apunto Kelly.

Susan lo busco con su mirada.

-Oh, lo siento... pero ese vestido ya lo encargo otra persona, es el ultimo que queda. Si quieres puedes ver otro...

Kelly busco y busco por vario rato, pero nada le gusto de igual manera que aquel vestido rosado.

-Quizá vuelva otro día, Susan...


Al otro día


Antes de ir a clases a su escuela, Kelly fue a visitar la flor narniana y le convido un poco de agua.

Se quedo mirandola fijamente y se dio cuenta de que sus colores iban cambiando con los rayos del sol.

Al mirar atrás, se da cuenta de que estaba Edmund.

-También venía a echarle un poco de agua-dijo.

Kelly solo respondió con una dulce sonrisa.

-¿Estas ansiosa por tu cumpleaños?

-¡Oh, claro que sí!

-Ya queda muy poco...

-Si, ¿Ya haz pensado en mi regalo?

-Eh... ¡Claro que sí! Pero es un secreto, obviamente...

-Dejame adivinar... ¿Me llevaras a Narnia?

-¡Ojala pudiera, Kel! Pero ya sabes que yo no puedo...

-Lo entiendo, Ed. Solo fue una broma, se que tienes para mí otro regalo preparado.

Y la verdad es que no. Edmund olvido por completo el regalo y esa misma tarde se dedico a pensar en que podía regalarle. Para su suerte, encontró a su hermano sentado en un sofá leyendo el periódico.

-Peter, no se que obsequio darle a Kelly en su cumpleaños.

-Piensa en cosas que le fascinen.

-No lo sé, Peter. Necesito tu ayuda.

Dejó el periódico a un costado y miro a Edmund.

-¿Que tal si vamos por un vestido a la tienda donde trabaja Susan?-Propuso Peter.

-Kelly tiene miles de vestidos ¿Para que va a querer otro?

-Ya sabes como son las mujeres...

-Mmm... tienes razón.

Ed y Peter tomaron sus bicicletas y se dirigieron a la tienda de Susan.

Al llegar dejaron sus bicicletas a un costado del local y entraron.

-¡Ed, Peter!-exclamo Susan-¿Que hacen aquí?

-Ed tiene un 'problema de faldas'-dijo Peter

-¡Claro que no!-alegó Ed-Solo ando en busca de un vestido para Kelly, tengo que obsequiarle algo para su cumpleaños.

-¡Que coincidencia! Kelly estuvo aquí el otro día.

-¿En serio? ¿y se llevo un vestido?

-No, es que a ella le gusto aquel rosado-dijo Susan apuntando-pero no se lo podía vender porque otra persona lo encargo antes.

-Vaya...

Edmund miro con lujo detalle aquel vestido, se imagino a Kelly con el puesto y sabía que estaría feliz con un regalo así.

-¿Cuanto dinero dieron por ese vestido?-pregunto Ed

-$40

-Puedo darte $50

-Ed, no puedo venderte ese vestido.

-¿Que tal $60?-propuso Peter

-No puedo, lo siento.

-Susan, por favor ¡Soy tu hermano menor!

-Ed, deja de insistir.

Edmund continuo insistiendo un largo rato mas junto con la ayuda de Peter, hasta que logro convencer a su hermana. Pero tuvieron que pagarle $80.

-¿Por que no se lo llevas ahora a Kelly?-pregunto Peter -Para que lo use en su cumpleaños.

-Sería un regalo de cumpleaños adelantado.

-No es una mala idea-opino Susan-Aun así sigue siendo un regalo de cumpleaños.

-Esta bien, iré ahora mismo a darselo. ¡Deseenme suerte!

Ed tomo su bicicleta, llevo el vestido en una bolsa y se dirigió a la casa de Kelly...

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