Cap. 2 "Vamonos"

Desperté con una horrible pesadez en los párpados y con el mismo vestido nuevo que a estas alturas lucía maltratado y sus manchas de caramelo, tirada sobre mi cama.
¿Qué había pasado anoche? Ah, sí... ya lo recordé.
Tuve una pequeña discusión con mi hermana Susan en el banquete su cumpleaños. Creo que toda la rabia acumulada que tenía contra ella estalló justo ayer y le hice saber toda mi impotencia. El problema es que sin querer boté una copa de vino que estaba cerca mío y este cayó sobre el vestido de mi hermana.
Recuerdo esos segundos como si fueran eternos, su expresión era de horror y el vino recorría los contornos de su hermoso y fino vestido llegando a caer sobre sus zapatos.
Cair Paravel centró su mirada en nosotras... o tan solo en ella produciendose un ensordecedor silencio que a los pocos segundos después fue desvanecido por el llanto de Susan.
Vi como se le llenaron los ojos de lagrimas y escapo hasta su habitaciones esquivando a todos sus invitados.

-¡Susan!- gritó el príncipe Tobas siguiendola junto con mas amigos.

Miré hacia un costado.
Los centenares de gente me miraban con asombro y decepción, entre ellos vi a Edmund, quien me miraba con algo de tristeza y Peter se venía acercando a mí, mirandome fijamente a los ojos y me tomó del brazo, llevandome hasta mi habitación sin decir ni una sola palabra en el camino.
Mi hermano me reprochó como nunca antes en su vida, peor que aquella vez que lo desperté por mis carcajadas... Le expliqué lo que había sucedido, pero me dijo que mi manera de actuar no fue la adecuada, que fue una falta de consideración contra el principe y Susan. Y que fui muy cruel.
Peter me ordenó no salir de mi habitación y no salir de ahí, por lo menos hasta el día siguiente. Él volvería a la sala principal a dar la cara y algún tipo de explicación de los hechos.
Me quedé ahí sola, tirada sobre mi cama y derramando lagrimas de impotencia.
Hasta ahora.

Me levanté de la cama, corrí las cortinas y de inmediato cayó un rayo de sol sobre mi cara.
¿Ya era tarde? ¿Cuanto dormí?
La cerradura de mi puerta se movió, y alguien entró. El corazón se me paralizó de solo pensar que podía ser Peter.
Pero para mi suerte, era Edmund con una bandeja de comida.

-Buenos días, Lucy- dijo con una sonrisa.
-¿Edmund?- dije acercandome a él- ¿No estas molesto conmigo?
-Debo decir que tu actitud dejó mucho que desear, pero... estoy seguro que algo debe estar pasando por tu cabecita que aun no me has contado.
Asentí.

Edmund dejó la bandeja en un lado y antes de que yo le diera un bocado, pregunté:

- Ed, ¿Cómo están Peter y Susan?
-Peter salió hoy muy temprano con su caballo solo... con el Sr. Tumnus no sabemos donde fue pero aun no ha vuelto- dijo Edmund con algo de preocupación- Y en cuanto a Susan... está encerrada en su habitación y no quiere salir de ahí.
-Todo esto es mi culpa... ¿Qué puedo hacer? ¡No me perdonaran así como así!
-Todo esto pronto quedará en el olvido.
-No quedará en el olvido tan rápido, Ed...

Aproveche el silencio para probar la merienda que me llevó Edmund a la habitación. Estaba deliciosa.

-Ed, gracias por esto- agradecí.
-No hay de que, Lu- dijo él- Además, vengo a despedirme...
-¿Despedirte? ¿A donde vas?
-¿No lo recuerdas? Mencioné varias veces que me iría por algunas semanas a las islas desiertas de Narnia para visitar familiares de mi esposa Aralen, quienes residen allá. Quieren verla a ella, porque no la han visto desde que era una niña y quieren conocerme a mí, su esposo. Embarcaré en un rato mas.

Estaba apunto de escaparse mi corazón por la boca.
Edmund se iba por un buen tiempo, lejos de Narnia, con su querida esposa Aralen... mientras yo permanecería aquí, con la mirada de odio de Susan y Peter.
No quiero sonar como si tuviera preferencia con alguno de mis hermanos, pero es que Edmund era quien se acercaba mas a mi edad y lograba entenderme mejor con él, era quien mas me entendía y a quien recurría si es que yo tenía un problema. También viceversa.
Estaba acostumbrada a que Edmund hiciera viajes, pero viajes cortos hacia Archenland unos cuantos días y luego volvía, visitaba específicamente Anvard, castillo donde vivía su esposa desde ya hace un año, Aralen; La Reina de Archenland.
Ambos se conocieron en la post-guerra entre Archenland y Calormen, se vieron y al parecer ambos se gustaron, cuando la guerra acabo gracias a mi hermano Edmund quien se fue a un duelo de espadas contra Rabadash, príncipe de Calormen y lo venció, Edmund le propuso matrimonio a Aralen y esta aceptó.
Aralen es la mujer mas bella que he visto, después de mi hermana Susan ¡eso sí! Tiene unos bellos ojos azules como el mar y una cabellera castaña oscura que al sol pareciera que fueran mechones de oro. El primero que posara sus ojos sobre ella, se enamoraría y ese fue mi querido hermano Ed.

-Pero, Ed... no quiero que te vayas.
-Lu, no te preocupes ¡Todo estará bien! Tumnus te hará compañía.
-Con Tumnus o sin él, me sentiré muy sola y vacía sin ti...

Edmund me abrazó y yo me aferré a él con fuerzas. Unas lagrimas brotaron de mis ojos sin querer. ¿Qué haría sin las palabras consoladoras de Edmund por varias semanas?

Unos ruidos de personas y caballos se oyerón en las afueras de Cair Paravel, Edmund se escapó de mis brazos y se asomó en el balcón.

-Mi querida Aralen ya esta ensillando los caballos- dijo soltando una hermosa sonrisa.

Pero su felicidad no me alegraba para nada, me quedaría sola en Cair Paravel y de seguro siempre reprochada por Peter y Susan. ¡Detestaba que siempre fuesen ellos quienes mandaran! ¡Siempre ellos quienes tenían la razón! Continué con mi desayuno secandome las lagrimas, pero mi hermano al notar mi tristeza, se acerco lentamente a mí y me susurró:

-Ven conmigo, Lucy.
-¿Donde?
-A las Islas Desiertas, conmigo y con Aralen.
-Pero... ¿Y que pensará Peter? ¿Crees que me dejé ir contigo o preferirá que permanezca aquí como acto de reprocharme por lo que hicé?
-¡Olvidemonos de Peter y huyamos, Lu! ¡Huyamos lo antes posible, antes de que vuelva! ¡Aprovechemos esta oportunidad!
La oferta de Edmund era tentadora, pero si Peter me descubría... ¡De seguro ahora si me mataría!
-No lo sé, Ed... quiero ir, pero Peter me matará si hago algo contra su voluntad.
-Querrá matarme a mí, si le digo que yo te obligué- dijo sonriendo maléficamente.
-¿Harías... eso por mí? ¿Echarte la culpa por mí?
-Haría muchas cosas por ti, Lu. Porque te quiero y porque eres mi hermana.
-¿Crees que Aralen este de acuerdo con esto?
-Claro que sí... ¡Mejor dejemonos de hablar y empaca tu ropa y tus pertenencias mientras yo voy a recibir a mi esposa a la entrada! Luego yo volveré por ti, Lu... ¿Esta claro?
-¡Claro que sí!

Edmund salió con rapidez de mi habitación, y yo de inmediato comencé a empacar todo muy desordenado dentro de un morral. Arrugué todos mis vestidos haciendo eso.
Hacer un viaje largo de un momento a otro ¡Vaya cosa! Por un lado estaba feliz, no me quedaría sola en Cair Paravel... pero por el otro me sentía culpable y con miedo de lo que pensaran mis hermanos de mi huida con Edmund. Pero ya estaba aquí, corriendo de un lado otro por mi habitación empacando algunas de mis pertenencias mas importantes.
Edmund vino por mí a los minutos después, tomó mi morral y me llevó de la mano corriendo hasta la salida de Cair Paravel...

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